La transferencia de conocimiento: misión y compromiso
La transferencia colaborativa, compromiso y herramientas para solucionar problemas reales de la sociedad y obtener un impacto positivo.

Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, enfrontando grandes desafíos sociales y ambientales. Estamos entrando en un terreno desconocido donde los problemas son cada vez más complejos y sus cambios, exponenciales. Los informes científicos nos alertan que estamos transgrediendo los límites planetarios, aquellos que regulan el bienestar de las personas y los sistemas de soporte vital del planeta, y que determinan un espacio de operaciones seguro para la humanidad. Los retos que tenemos por delante no solo son técnicos, sino también éticos.
Ahora, más que nunca, necesitamos soluciones innovadoras que respeten el nuevo marco conceptual de la sostenibilidad fuerte, tal y como propone Giddings, que defienden que los recursos naturales son únicos y esenciales para el bienestar humano y ecológico. Necesitamos soluciones que operen dentro de los límites ambientales y que tengan un impacto positivo en la sociedad. Estas soluciones requieren la colaboración de distintos actores en distintos sectores del conocimiento.
En este contexto, las universidades y centros de investigación juegan un papel fundamental, ya que el conocimiento que generan puede hacer frente a los retos que se plantean. Esto es posible gracias a la transferencia de conocimiento, que es uno de los pilares de la universidad. Esta transferencia es clave y deviene una responsabilidad cada vez más necesaria. Sin la colaboración con el entorno y con otros agentes clave, es difícil avanzar en el desarrollo de las soluciones que necesitamos.
La colaboración permite enfocar la investigación hacia objetivos concretos y acelerar su proceso de maduración. Además, es importante porque facilita el conocimiento del mercado y sus necesidades, orientando así la investigación hacia lo que la sociedad realmente quiere. Esto implica identificar el problema, conocer como se está resolviendo (competencia) y ser capaces de desarrollar soluciones mejores a partir del conocimiento generado para la investigación. Este conocimiento del mercado no solo nos ayudará a identificar y desarrollar una solución óptima y a definir nuestra propuesta de valor, sino también determinar la mejor aplicación comercial que acelerará el proceso de transferencia.
El mercado también nos permitirá conocer los distintos actores del ecosistema para encontrar aliados y tirar adelante el proyecto, ya que en un mundo cada vez más complejo, los proyectos requieren la participación de distintos actores, y es crucial que estos sean lo más adecuados. La colaboración nos permitirá aportar interdisciplinariedad, facilitando soluciones a problemas más complejos.
A pesar de todo, la realidad es que el nivel de colaboración en I+D+i de las empresas del estado con las universidades es bajo en comparación con nuestros vecinos europeos, y los indicadores de esta tercera misión son limitados. El volumen de ingresos generado por patentes presenta una tendencia decreciente en el estado, así como el nombre de empresas spin-offs creados por las universidades. Por lo tanto, es necesario implementar políticas internas dentro de las universidades y también externas que incentiven la transferencia de conocimiento colaborativa.
Los incentivos, juntamente con la convicción personal del personal investigador que la transferencia no es solo una misión, sino también un compromiso con la sociedad, contribuirán de forma muy positiva a dar respuestas a los retos que tenemos delante.
